Programa Agua Limpia en Atlanta

El sistema de aguas residuales de la ciudad de Atlanta consta de aproximadamente 3540 kilómetros de alcantarillas, tres instalaciones de recuperación de agua y 14 estaciones de bombeo. La ciudad se vio desafiada por una infraestructura obsoleta y necesitaba mejoras significativas para atender las inquietudes sobre la calidad del agua y sostener a una población en crecimiento. Ingresar al programa Clean Water Atlanta de $ 3.9 mil millones, uno de los mayores esfuerzos de control de climas húmedos en los Estados Unidos.

Este plan integral a largo plazo garantiza que los residentes tengan acceso a un suministro de agua potable resiliente y sostenible, así como a ríos y quebradas limpios. Reducirá las inundaciones y la contaminación causada por las aguas pluviales, monitoreará la calidad del agua, eliminará los derrames de alcantarillas sanitarias e implementará un plan para reducir los sistemas de alcantarillado combinado.

Trabajando conjuntamente con personal de la municipalidad de dicha ciudad en una oficina especial para el programa, brindamos servicios de consultoría en gestión, cumplimiento normativo, planificación, operaciones, ingeniería y apoyo en administración de la construcción. La aceptación del público y un impacto financiero limitado en la comunidad son fundamentales para el éxito del programa. Al inicio del programa, utilizamos un enfoque de evaluación basado en el riesgo para la gestión de activos. Esto permitió que la municipalidad evaluara, clasificara e implementara proyectos en base al riesgo y mantuviera conversaciones con el organismo regulador respecto a metas del proyecto modificadas. Esta priorización le ahorró a la ciudad una cantidad considerable de dinero concentrando los esfuerzos en proyectos de alto riesgo y reduciendo la prioridad de otros proyectos que podrían manejarse como parte de un plan de mantenimiento a largo plazo.

Durante los últimos 12 años, hemos ayudado a la ciudad de Atlanta a ahorrar más de $650 millones. ¿Cómo? Utilizando innovaciones que ahorran costos para automatizar el proceso de diseño, instituyendo un programa de certificación de capacidad de respuesta rápida e iniciando un proceso proactivo de coordinación de los servicios públicos para reducir la duración de las construcciones y los impactos en los ciudadanos.